¿A quién no le gusta regalonearse con un buen masaje de relajación de vez en cuando? Caricias, presión, fricciones y amasamientos que, aplicados en el lugar y la forma correcta, son capaces de relajarnos y desconectarnos de todo durante una hora.
Pero más allá de su efecto relajante, los buenos masajes tienen numerosos beneficios tanto para nuestro cuerpo como para nuestra mente. ¡Descubre el verdadero poder del tacto!
Encontrar el tiempo necesario para regalonearnos con un masaje de relajación una vez al mes podría mejorar considerablemente nuestra calidad de vida, si tenemos en cuenta los numerosos beneficios que los expertos en la materia le atribuyen a esta técnica. Recuerda que los masajes dados por profesionales son mas efectivos,
Los masajes de relajación, ya sea con Aromaterapia, aceites naturales o piedras calientes, buscan precisamente eso: relajar, pero no sólo el cuerpo si no también la mente. Como explicó a Punto Vital la psicóloga Katherine Julio Ramírez*, “los masajes favorecen la liberación de endorfinas, hormonas que actúan como los antidepresivos naturales del organismo y que generan en los seres humanos emociones positivas de relajo y bienestar”.
Según sus palabras, “el masaje corporal conecta a la persona con sus sensaciones táctiles -que no se encuentran en la corteza cerebral sino a un nivel más profundo en el cerebro- por lo que permiten desconectarse, literalmente hablando, de las preocupaciones cotidianas y los problemas del diario vivir. Por ese sólo hecho ya son muy beneficiosos, en especial si se trata de una persona estresada o con niveles de ansiedad elevados”.
Jeannette Gassiot, dueña del Centro de Estética Jeannette Gassiot y experta en masajes, coincide con esta afirmación y añade que el objetivo último de un buen masaje es “relajar, pero no sólo desde el punto de vista físico si no también mental”, aunque sus beneficios van mucho allá.
Un buen masaje de relajación dura aproximadamente 40 minutos y ha de combinar “maniobras largas y suaves, combinadas con fricciones, amasamientos y roces suaves”, afirma Gassiot. Durante ese tiempo se trabajan piernas, muslos, glúteos, espalda, cuello, brazos, manos, dedos, abdomen y cara.Debe llevarse a cabo en un lugar cálido y tranquilo, con “música de relajación de fondo, aromaterapia, alguna vela, aceites esenciales y cremas para masajes de acuerdo al gusto de la persona”.